domingo, 2 de octubre de 2011

Espacio escondido

Este es un espacio escondido, un espacio oculto; encerrado. Un rincón atrapado que se encuentra cerca de casa. Lo descubrí por casualidad y curiosidad y pienso en la cantidad de cosas curiosas que descubriríamos o encontraríamos si fuésemos más curiosos y no tuviésemos miedo a perder más tiempo mirando por el simple hecho de mirar.


A este espacio se accede desde una calle cortada. Peatonal.




Si caminas hasta el final (a excepción de una guardería que hay cerca del fondo ¿por qué motivo alguien querría caminar hasta allí?) puedes encontrar una puerta blanca a la izquierda. Un portón.




El portón está cerrado. Siempre lo está. Tiene un pequeño ventanuco que está cerrado y qué, por lo que  parece, actuaba como mirilla.




Abajo a la izquierda, tapado por la pintada con forma de corazón está el hueco para pasar el correo.




Si te acercas y el hueco no está cerrado desde dentro (me pasó una vez) puedes asomarte y mirar.




Dentro se encuentra el espacio escondido al que dedico esta entrada; esto es lo que puede verse de ese sitio encerrado. Varias casas abandonadas, un patio interior que continua hacia donde no se puede ver. La vegetación adueñándose de un pavimento todavía adoquinado. Unas columnas retorcidas sobre las que cae la hiedra. Un espacio en el que parece que se ha detenido el tiempo. Tan sólo está fuera de lugar el cubo de plástico azul. Parece no corresponder al entorno que lo rodea. No debería estar ahí.




Consulto en Google Maps. En la visión por satélite se aprecia, al menos, un vehículo blanco dentro pero las veces que me he acercado no he visto nunca a nadie entrar o salir y menos aún ningún vehículo en su interior. 




Quizá un día descubra que en realidad es la entrada a un almacén, una vieja imprenta o un taller de aluminios. Quizá un día me encuentre el portón abierto y un operario o un empleado guardando cajas en la parte trasera de su furgoneta pero, mientras tanto, es un espacio muerto, perdido, encerrado en la ciudad. Forma parte de ella y, a la vez, no. Es ajeno a lo que hay a su alrededor. Ha quedado suspendido en el tiempo, escondido, alejado de la gente. Es un rincón que se me antoja sugerente, inspirador, melancólico y esquivo. Quiero entrar. Quiero saber y no saber por qué está ahí, porqué está así.

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